Por el P. Flaviano Amatulli Valente, fmap
1) Feliz el hombre que lee y viaja mucho.
Es como un águila que vuela en las alturas
¡Ay del hombre que no acostumbra ni leer ni viajar!
Se parece a un ratón encerrado en un hoyo
2) Feliz del hombre que aprendió a pensar.
Es como un atleta entrenado para el triunfo
¡Ay del hombre que no sabe pensar!
Se parece a un viajero,
caminando en una noche oscura.
3) Feliz el hombre que sabe expresar su opinión.
Es como una fragante rosa primaveral que alegra,
estimula y enriquece.
¡Ay del hombre que no sabe pensar!
Se parece a un palo abandonado en el medio del
camino, que sólo sirve para estorbar.
4) Feliz el hombre que nunca rehúsa tomar
compromisos.
Es como un alpinista, que de cumbre en cumbre
llega a escalar hasta las más altas montañas.
¡Ay del hombre que le tiene miedo a los
compromisos!
Se parece a un eterno espectador, que nunca sueña
con subir al ring.
5) Feliz el hombre responsable.
Es como un árbol frondoso, al que todos se acercan
en busca de sombra en un día caluroso.
¡Ay del hombre irresponsable!
Se parece a un carro chocado, del cual solamente
se aprovecha una que otra pieza en caso de
necesidad
6) Feliz el hombre constante.
Es como una gota de agua, que con el tiempo llega
a perforar hasta la roca más dura.
¡Ay del hombre inconstante!
Se parece a un eterno aprendiz, que continuamente
cambia de oficio y nunca llega a ser maestro.
7) Felices ustedes cuando se dejen guiar por las
ideas y tengan una meta bien fija en la vida.
Serán como roca firme, que ningún aguacero o
temblor podrá mover.
¡Ay de ustedes! Si no tienen ningún ideal en la vida
y se dejan guiar por el sentimiento.
Se parece a la paja del campo, que el viento lleva
de un lugar a otro sin rumbo alguno y que todos
pisan sin darse cuenta.
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